domingo, 22 de agosto de 2010

PDVSA pone en servicio taladro recuperado de Helmerich & Payne

El ministro de Energía y Petróleo y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, verificó el inicio de operaciones del taladro “José Rafael Guerra Silva” en el estado Monagas, equipo recuperado de la transnacional Helmerich & Payne (HP) y que ahora es operado por PDVSA Servicios, para impulsar las actividades en Exploración y Producción Oriente.
En un acto protagonizado por los trabajadores, el taladro fue rebautizado con el nombre de “José Rafael Guerra Silva”, en honor al joven monaguense quien, al defender los ideales de Revolución, murió en 1962 junto a su compañero César Millánen un acto en defensa de la revolución.
La actividad contó con la participación del presidente de PDVSA Servicios y director de EyP, José Luis Parada; el Vicepresidente de Exploración y Producción, Eulogio Del Pino; el Director Ejecutivo de EyP, Orlando Chacín; el Director Ejecutivo de la Faja Petrolífera del Orinoco, Pedro León; el presidente de PDVSA Gas, Ángel Núñez, además de la directiva de PDVSA Servicios y EyP Oriente.
Desde el campo Jusepín, perteneciente al Distrito Furrial de EyP Oriente, se realizaron las maniobras de arranque del primer taladro nacionalizado, equipo de tres mil caballos de potencia, el cual perforará durante 191 días continuos para lograr la producción de dos mil barriles de crudo diarios.
El ministro Rafael Ramírez explicó que los costos de producción asociados a la operación ascendían a 43 mil dólares diarios cuando los taladros eran operados por la empresa transnacional y destacó que tras la nacionalización, este monto se redujo a 20 mil dólares por día.
Con la nacionalización del taladro “José Rafael Guerra”, además de la toma de control de operaciones asociadas a la perforación, se alcanza un ahorro significativo en el presupuesto de operaciones del Distrito Furrial. Esto permite que un 10% del monto invertido en este proyecto, sea destinado a la ejecución de obras sociales en las áreas de servicios básicos, infraestructura y educación, en beneficio de las poblaciones vecinas al taladro como las comunidades de Rucio Viejo y Jusepín.